La internacional Situacionista 1957-1972
Se constituye por un grupo de filósofos, arquitectos, pintores, críticos y activistas políticos que desde diversas perspectivas y con diversas técnicas, plantearon el interrogante sobre el papel del hombre y la cultura en la sociedad de consumo de postguerra.
Teóricos que participaron en éste grupo:
- Guy Debord: “La sociedad del espectáculo”
- Raoul Vanergen: “Tratado del saber vivir para las jóvenes generaciones”.
Ideas esenciales:
- La falsedad de la sociedad de consumo.
- Nuestra sociedad es un puro espectáculo, es decir, apariencia.
Los situacionistas proponen rebelarse contra esta sociedad de la apariencia y rechazar sus valores establecidos que nos impiden vivir una vida auténtica. Es una lucha contra el consumismo y las seducciones engañosas. Ante la falsa realidad del espectáculo reivindican el valor de la propia vida y la toma de las propias decisiones..
El mensaje central de los situacionistas es que el
hombre actual no es un actor sino un mero espectador. En su rol pasivo acepta el sistema social y, en la práctica, reproduce la cultura que lo agobia y se caracteriza por:
- El trabajo rutinario
- El desperdicio del tiempo libre
- La manipulación de los medios
- El arte excluyente y burocrático
- La cultura estereotipada
- Los ritos empobrecedores
- El conformismo y el aburrimiento
Los valores de los situacionistas son la interacción social, el diálogo y la renovación del comportamiento.
Para ellos, se requiere una reversión ética que permita equidad en la participación y la recreación lúdica más que la equidad en la distribución del ingreso o consumo de bienes, que consideran bienes empobrecidos.
Para los situacionistas el gran juego reside en el ejercicio amplio y libre de la capacidad de diseñar, ejecutar y compartir situaciones intensas. Consideran que las situaciones más valiosas son aquellas que transforman a los participantes sin posibilidad de retorno, las que niegan el valor de los bienes materiales y culturales de la sociedad actual y las que generan cadenas de eventos que se retroalimentan recíprocamente.
En esta lógica, crear situaciones se convierte en el arte por excelencia.
La materia es el espacio urbano, el conocimiento. En estas condiciones, se requieren situaciones de alta calidad, autónomas, socialmente atractivas, incluyentes, artísticas, que cuestionen y retroalimenten formas de convivencia.Influenciados por el Movimiento Letrista, el Movimiento Internacional de la Bauhaus Imaginista y el grupo Cobra, proponen una conexión entre filosofía, arquitectura y cultura artística.
Fue en los primeros tiempos del situacionismo (1957-72) donde las ideas sobre arquitectura, diseño y urbanismo tuvieron mayor importancia y eran consideradas preocupaciones básicas.
Los situacionistas en sus textos y proclamas abogaban por un urbanismo que fuera más allá de la simple mejora de las infraestructuras urbanas. Lo que los situacionistas pretendían es que a través del urbanismo se detonara la revolución en todos los aspectos de la vida cotidiana, empezando por la abolición del trabajo, y la recuperación del juego y la creatividad como valores inalienables del individuo.
Esta idea fue heredada del grupo COBRA, la cual había sido una de sus propuestas iniciales. Michel Calle escribía en un artículo del primer número de COBRA:
…los edificios no deben ser ni angostos ni anónimos, ni deberían ser tampoco piezas de museo. En lugar de ello deberían comunicarse unos con otros e integrarse en el entorno con el fin de crear ciudades articuladas para un nuevo mundo socialista.
En 1956, el artista Constant Nieuwenhuys, comenzó a trabajar en una visionaria propuesta arquitectónica para la sociedad del futuro, proyecto al que dedicó más de 20 años de su carrera.
Los situacionistas concebían un nuevo modo de habitar: sentirse cómodo en todas las casas.
Consideraban el medio urbano como el terreno de un juego participativo.
Los situacionistas proyectaban la deriva como discurso de las pasiones del amor. La deriva, según Debord, es un comportamiento experimental en una sociedad urbana. El periodo de deriva aconsejado no superaba los tres o cuatro días, aunque algunos miembros llevaron el experimento al límite, siempre en ámbito urbano, de derivar durante un mes y medio, al cabo del cual declararon que era imposible superar ese tiempo y que el esfuerzo los había llevado incluso al borde de la muerte.
La deriva fué un método para la investigación espacial y conceptual de la ciudad por medio del vagabundeo. El objetivo de este método era la elaboración de una nueva ciencia que llamaron psicogeografía y que encuentra sus antecedentes en el deambular de los surrealistas, en sus interacciones psicológicas con el entorno urbano mediante la realización de recorridos nómadas por la ciudad.
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